(2018-09-09) Empresas farmacéuticas financiaron varios estudios al oncólogo Baselga: nunca lo reveló

El catalán, director médico del Memorial Sloan Kettering Cancer Center de NYC, es una de las mayores eminencias mundiales sobre la enfermedad. Ha declarado que lo regularizará.

El especialista en cáncer español Josep Baselga, una de las mayores eminencias mundiales en oncología, está pasando por uno de los momentos más difíciles desde que fuese nombrado director médico del Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York.

Anoche, una investigación conjunta del New York Times y ProPublica reveló que el veterano investigador había recibido millones de dólares de empresas del sector médico o farmacéutico como Roche o Bristol-Myers Squibb sin que esto apareciera jamás mencionado en los 'conflictos de interés' de los estudios que durante este tiempo publicó en revistas tan prestigiosas como 'The Lancet', el 'New England Journal of Medicine' o 'Cancer Discovery', para la que el propio Baselga hace de editor.

El hallazgo pone el foco sobre dos asuntos. En primer lugar, la opacidad de muchas de las relaciones entre los investigadores médicos más reconocidos del mundo y la industria. En segundo, la total falta de controles en las principales publicaciones científicas así como la ausencia de medidas coercitivas.

En una revista científica de primer orden como son éstas, los 'conflictos de interés' se detallan en un apartado específico para saber quién está detrás financieramente de los estudios que ensayan un determinado fármaco. Tras muchos años en los que la industria farmacéutica ha influido en la práctica con el diseño de estudios que acaban teniendo como consecuencia la prescripción de un determinado medicamento a los pacientes, las publicaciones científicas reforzaron hace diez años el control poniendo énfasis en la declaración obligatoria de los conflictos de interés para conocer las conexiones entre los resultados de un determinado estudio y sus vías de financiación.

Apenas hay sanciones


El principal problema es que las sanciones por no revelar los conflictos de interés son anecdóticas. Las revistas de la Asociación Americana para la Investigación del Cáncer (AACR) prevén una pena de hasta tres años sin publicar a quienes hayan tenido lazos con la industria sin haberlos explicitado en un artículo. Pero lo cierto es que ningún autor ha sido jamás afectado por estas sanciones.

Baselga ha achacado a un error la no-revelación de sus vínculos financieros con las farmacéuticas en 17 artículos. El año pasado, sin ir más lejos, el 87% de los 'papers' que publicó no llevaban información sobre conflictos de interés.

En un comunicado dirigido a estos medios estadounidenses, el catalán ofrece su versión: "He pasado mi carrera cuidando de pacientes con cáncer y trayendo nuevas terapias a la clínica con el objetivo de extender y salvar vidas", ha dicho. "Aunque he sido inconsistente con las revelaciones y reconozco ese hecho, eso está muy lejos de comprometer mis responsabilidades como médico, científico y líder clínico".

El oncólogo llegó incluso a preguntar a los reporteros cómo debía actuar en consecuencia y dijo que contactaría con los editores de los artículos para subsanar la parte de los conflictos de interés.

Según los datos del propio Sloan Kettering, Baselga recibe un salario anual superior al millón y medio de dólares por su labor allí, pero en la última década ha percibido pagos superiores a los 3,5 millones de nueve compañías de acuerdo con Open Payments, la base de datos federal que saca a la luz los pagos que la industria hace a los investigadores. Por ejemplo, por hacer de director de la empresa Varian Medical Systems recibió el año pasado 260.000 dólares entre dinero y 'stock' de la empresa.

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