(2018-12-05) La incineradora de Hardlingen o el bluff de las incineradoras “nuevas” que no contaminan. Estudio de Zero waste Europa

En 2011 se inauguró la incineradora de Hardlingen, en medio de gran aparato de propaganda que la tildaba de prototipo de central perfecta y no contaminante, la más moderna y modélica de Europa occidental. Tras 7 años, se han hecho mediciones independientes de las emisiones y de la presencia de contaminantes (dioxinas y furanos) en el medio ambiente cercano a la central. Los resultados revelan emisiones muy por encima de lo permitido (normativa internacional), así como presencia de contaminantes en el suelo, hierba, leche y huevos producidos en las cercanías de la central.

Además, las mediciones independientes efectuadas, probablemente infraestiman el volumen de emisiones tóxicas, ya que los periodos de máxima emisión de contaminantes (maniobras de apagado y encendido), fueron arbitrariamente excluidos de los periodos de medición. Hubo voluntad de ocultación en lo posible por parte de la empresa concesionaria, lo que también contribuye a infraestimar los niveles tóxicos en las emisiones.

Las mediciones “oficiales”, eran solo por dos periodos anuales de 6 a 8 horas, y en tiempo de uso normal, no apagado ni encendido. Estas mediciones se contrastaron con otras más fiables por periodos muy largos de tiempo, y el resultado fue llamativamente otro: entre 460 y 1290 veces más. Esto sin considerar la ausencia de medida en los periodos de máxima emisión. Los gases emitidos, no fueron retenidos el tiempo reglamentario antes de su emisión en el mecanismo postcombustión. Los filtros de salida fueron obviados (“bypass de salida de emisiones”) en los periodos de máxima contaminación, con la finalidad de preservarlos (son caros), prefiriendo este ahorro a la salud de personas y medio ambiente.

Además de este absoluto descontrol de emisiones, existió también descontrol en el propio funcionamiento de la central incineradora, con varios accidentes, uno de los cuales llegó a precisar de la intervención de los bomberos.

Pese a la voluntad de las autoridades locales y de la población afectada, las mediciones fiables, que habían comenzado en Agosto de 2017, se interrumpieron en Diciembre de ese mismo año.

PRODUCCION NO INTENCIONADA DE CONTAMINANTES ORGÁNICOS PERSISTENTES
Dado que el programa AMESA de muestreo a largo plazo se aplicó también a otros contaminantes, los resultados apoyan la hipótesis de una combustión incompleta.

1- Cerca de la incineradora los bifenilos policlorinados tipo dioxina se hallaron de modo predominante en el suelo, hierba, leche y huevos, especialmente PCB 126. Su análogo químico, fue hallado abundantemente en las emisiones e la incineradora
2- Los bifenileteres polibrominados (PBDEs), se detectaron durante los encendidos y apagados de la planta. Se midieron altos niveles en octubre de 2015 durante malfunciones del suministro e ignición de la basura. Varias calamidades peores o iguales ocurrieron en 2018, pero desconocemos las emisiones porque el sistema AMESA de medición, fue parado.
3-Las dioxinas brominadas (dibenzodioxinas polibrominadas y furanos, PBDD/Fs) fueron detectadas en los encendidos y apagados, indicando mala combustión de los retardantes brominados de llama.
4-Los bifenilos polibrominados (PBBs) se detectaron durante la función normal de la planta. Estos compuestos, normalmente se descomponen a 300º, y este hallazgo indica mala combustión.
5- Cerca de la incineradora, la lluvia está regularmente contaminada por partículas negras. Se han encontrado depósitos negros ricos en benzopireno en ventanas y tejados. Aunque la planta no tiene licencia para emisión de hidrocarburos aromáticos policíclicos, se hallaron en todos los muestreos de emisiones.
6- Compuestos polifluorinados como el ácido perfluorooctanoico (PFOA), fue hallado en la quinta parte de las muestras de emisión, y debiera ser indetectable. Otro indicador de combustión incompleta.


EN TODO MOMENTO, CONSIDERAR QUE ESTOS INDICADORES, AUNQUE ALARMANTES, ESTÁN INFRAESTIMADOS, YA QUE LAS MEDICIONES FUERON INTERRUMPIDAS EN LOS PERIODOS DE EMISIÓN DE POLVO, LOS MAS CONTAMINANTES.

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

Las emisiones de la planta perfecta, continúan siendo infraestimadas. Y están por encima de los límites permitidos. Las mediciones por corto tiempo que estipula la ley, infraestiman los niveles de emisiones tóxicas. Estas regulaciones han de ser sustituidas por mediciones de larga duración, con especial cuidado en los periodos de reposo, arranque y apagado de la planta, donde las emisiones aumentan.

El amplio espectro de contaminantes emitidos, sugiere bajas temperaturas y niveles inadecuados de oxígeno en la zona de postcombustión, y uso inadecuado de los bypass.

La temperatura y los niveles de oxígeno de la zona de postcombustión han de ser continuamente monitorizados, aun bajo las condiciones más desfavorables. Implementar el cumplimiento del protocolo de Estocolmo y la IED.

Las emisiones durante la puesta en marcha y apagado, deben ser medidas de modo preferente, pues son las más contaminantes con mucho. La exclusión de la medición de emisiones durante los estados transitorios de la planta, debe cesar de inmediato.

Las mediciones en la central de Hardlingen, la incineradora “perfecta”, abren un interrogante acerca del control de las incineradoras para evitar su impacto medioambiental y sobre la salud de los ciudadanos. Muestran el serio problema que constituyen aun las dioxinas, y lo ineficaz de las mediciones actuales de emisiones. También que la salud de las personas sigue en riesgo, y hay un largo camino a recorrer para eliminar las dioxinas.


Extractado por Pascual O'Dogherty para CAS