(2019-03-19) Toxicidad de productos químicos a dosis bajas ¿Hay niveles aceptables?

Bruce P. Lanphear
PLOS Biology 2017. 15 (12): e2003066.

La mayoría de las enfermedades crónicas se debe a la suma de los efectos de múltiples causas inapreciables. En el pasado, las pequeñas cantidades de algunos productos químicos, habitualmente presentes en el ambiente, eran consideradas inocuas. Actualmente, sin embargo, se sabe que la exposición a concentraciones extremadamente bajas de elementos tóxicos, como el plomo, puede resultar dañina, especialmente si se produce en una etapa temprana del desarrollo cerebral.

La Agencia de Protección Ambiental (Environmental Protection Agency) de los Estados Unidos de Norteamérica considera que los productos tóxicos cancerígenos son capaces de provocar lesiones cuya gravedad es directamente proporcional al grado de exposición, independientemente del nivel de intensidad de la misma. Esta relación se podría expresar gráficamente mediante lo que se denomina una curva lineal (Figura 1). Los productos tóxicos no cancerígenos, por el contrario, serían inocuos a dosis bajas y la gravedad de sus efectos se podría representar mediante una gráfica del tipo de la que se presenta en la figura 2.

 

Figura 1. Relación lineal. Tóxicos cancerígenos.

 

Figura 2. Relación lineal a partir de una dosis umbral. Tóxicos no cancerígenos.

Estos conceptos están muy arraigados pero se establecieron antes de que hubiese pruebas suficientes para apoyarlos. En las últimas décadas se ha comprobado que no son válidos en lo que respecta a los efectos nocivos de diversos agentes tóxicos, tales como las radiaciones ionizantes provenientes del gas radón, el plomo, las partículas atmosféricas finas, el asbesto, el
tabaco y el benceno. Estas asociaciones se representan por medio de gráficas de tipo “supralineal” (Figura 3) en las que los niveles de exposición más bajos se corresponden con pendientes más pronunciadas. Es decir, que el daño no es directamente proporcional a la dosis del tóxico y que dosis mínimas pueden ser perjudiciales para la salud.

 

Figura 3.

Se ha encontrado relación causa-efecto de tipo supralineal entre el plomo en sangre y el coeficiente intelectual, las partículas atmosféricas finas y el riesgo relativo de mortalidad no accidental, la exposición a benceno y el riesgo de leucemia, la exposición a asbesto y el riesgo de mesotelioma, entre otras.

Radiación ionizante a dosis bajas
Se ha observado que la asociación entre exposición a radón y el cáncer de pulmón es de tipo supralineal. Sin embargo, los resultados de los estudios son contradictorios en lo que respecta a la radiación y la leucemia.

Benceno y leucemia
La relación entre la exposición a benceno y la leucemia se ajusta a una curva de tipo supralineal, según se observa en la figura 4.

 

Figura 4. Cumulative exposure: exposición acumulada en partes por millón al año. LnRR

Leukemia: logaritmo natural del riesgo relativo de leucemia.

Plomo y coeficiente intelectual
En la figura 5 se observa la relación entre coeficiente intelectual y plomo en sangre según un estudio publicado en el año 2005. Niveles mínimos de plomo en sangre se asocian con reducción de la capacidad intelectual. Sin embargo, los más altos provocan escaso efecto adicional. Este tipo de repercusión del plomo sobre la capacidad intelectual ha sido corroborado en más de una decena de estudios.

 

Figura 5. IQ score: coeficiente intelectual. Concurrent blood lead: plomo en sangre.

Asbesto y mesotelioma
Su relación se corresponde con una curva supralineal. Aunque la producción y el empleo de asbesto han cesado en los países industrializados, debido a su largo período de latencia las muertes por mesotelioma están aumentando en Norteamérica y Europa.

Contaminantes atmosféricos y mortalidad de origen cardiovascular
Existe una asociación del mismo tipo entre la concentración de partículas finas en la atmósfera y la mortalidad cardiovascular.

Consecuencias en la salud pública
La exposición no profesional a agentes tóxicos ambientales ha crecido drásticamente durante el pasado siglo. El riesgo de enfermar y morir a consecuencia de la exposición a altas dosis de un tóxico, generalmente de origen profesional, es muy elevado. Sin embargo, el número de personas que podrían padecer una enfermedad a causada por dosis bajas o moderadas (exposición no profesional) es mucho mayor.

En el informe “Advancing risk assessment” la Academia Nacional de la Ciencia de los Estados Unidos de Norteamérica reclamaba a la Agencia de Protección Ambiental que no diese por sentado que hay niveles seguros de exposición a tóxicos no carcinógenos a menos que hubiese pruebas suficientes de ello.

Los patrones de toxicidad de los agentes anteriormente mencionados indican que no existen niveles seguros y la regulación legal así debería considerarlo. Los legisladores deberían procurar que la exposición de las poblaciones al radón, el plomo, las partículas atmosféricas finas, el asbesto y el benceno fuese casi nula.

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