(2016-04-06) La Guardia Civil y las Tabaqueras firman acuerdo de colaboración

A finales del mes de febrero pasado varias asociaciones médicas y sanitarias denunciaron un acuerdo entre la Guardia Civil y varias compañías tabaqueras. No es la primera vez que industrias “sucias” tratan de lavar su imagen asociándose a las policías. Las farmacéuticas también lo hacen.

El impacto del tabaco en España sigue siendo alarmante: 160 personas mueren cada día a consecuencia del tabaco. Según la Encuesta Estudes 2014-2015 presentada por el Plan Nacional sobre Drogas, en España, cada día 375 jóvenes empiezan a fumar tabaco. La industria tabaquera, principal responsable del tabaquismo lo sabe y entiende que las crecientes medidas tomadas por los gobiernos de todo el mundo para frenar este enorme problema de salud pública pone en jaque su negocio.

Así que ¿qué mejor “lavado de cara” de cara que asociarse con la Guardia Civil para “combatir el contrabando de tabaco”? Es lo que hicieron Philip Morris, Altadis y Cetarsa a finales de 2015. Firmaron un acuerdo con la Guardia Civil tan insulso, por carente de contenido, que ni en la página No contrabando de Altadis son capaces de explicarlo; llegan a indicar: "Este acuerdo de colaboración es el resultado de la preocupación que ambas partes albergan hacia el grave perjuicio que ocasiona el contrabando de tabaco y el fraude vinculado al mismo".

Como si los graves daños a la salud pública del tabaquismo fueran ocasionados por el contrabando y las víctimas del fraude (sanitario legal) fueran sus productores. En suma, una auténtica campaña de greenwashing (lavado verde) que dicen los anglosajones.

El Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), la Organización Médica Colegial (OMC), la iniciativa ciudadana “Por qué nosotros” para el avance de la Ley de Tabaco (XQNS) y el Centro colaborador de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el Control del Tabaco (Institut Català d´Oncología) denunciaron públicamente el acuerdo entre la Guardia Civil y las compañías tabaqueras por considerar que vulnera el Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud.

Así lo pusieron de manifiesto en la Jornada sobre “El control del tabaco en la nueva agenda política”, en la que estos colectivos sanitarios y ciudadanos expresaron su preocupación por la evidente falta de atención de la agenda política y parlamentaria del control del tabaco en España.

Esto provoca un retroceso de la Ley 42/2010, las políticas de espacios sin humo, así como el olvido del empaquetado genérico y frecuentes vulneraciones del citado Convenio de la OMS por parte incluso de la Administración central del Estado.

La industria tabaquera fue la inventora del lobby moderno. Cuando hace más de 50 años empezaron a documentarse los efectos nocivos para la salud de fumar, crearon asociaciones que exigían su derecho a hacerlo, sufragaron a científicos para que sus informes exculparan al tabaco y en definitiva, desarrollaron la mayor red de negacionismo y siembra de dudas jamás vista. Su éxito es, aún hoy, obvio.

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