(2016-08-22) Relacionan la presencia de arsénico con el cáncer. El arroz en el punto de mira

Ha publicado El País un interesante mapa del mineral arsénico y su relación con el cáncer en España. El arsénico es un elemento químico natural, no sintético, que además de estar libremente en la naturaleza tiene usos industriales. Es esencial para la vida aunque tanto el arsénico como sus compuestos son extremadamente tóxicos.

Se estima que alrededor de un 10% de la población mundial -en torno a 300 millones de personas- se abastecen de agua de reservorios subterráneos contaminados.

El informe que cita el diario lo han realizado científicos del Centro Nacional de Epidemiología y muestra una asociación estadística entre vivir en zonas con elevada cantidad de arsénico con la posibilidad de padecer determinados tipos de cáncer, aunque no hay causalidad, es decir, que no por vivir en esas comarcas se va a padecer la enfermedad.Arsénico

En el trabajo se han analizado más de 860.000 muertes por cáncer en casi 8.000 municipios españoles, ocurridas entre 1999 y 2008.

La mortalidad por cáncer de estómago, páncreas, pulmón, cerebro y linfoma no Hodgkin se eleva en los lugares con niveles más altos de arsénico. Por contextualizar el asunto, factores como el consumo de tabaco, alcohol y comida basura son habitualmente mucho más decisivos a la hora de desarrollar un cáncer.

El arsénico está en la naturaleza en forma de piedra pues es un mineral con propiedades metálicas. Y son los procesos naturales, como la erosión de las rocas o los incendios forestales quienes lo “destapan” pero llega a nosotros también a través de las emisiones industriales y de su uso como conservante de la madera, herbicida o insecticida.

Un ejemplo preocupante es el cultivo del arroz. Las plantas absorben fácilmente el arsénico cuando llega a contaminar las aguas y como el cultivo del arroz requiere grandes cantidades de agua, hasta empapar literalmente a la planta. El arroz y sus productos son los primeros alimentos típicos que se da a los niños y este año se ha publicado un nuevo estudio que concluye que los niños que comen más arroz tienen concentraciones de arsénico urinario más elevadas que aquellos que no consumen ningún tipo de arroz.Arroz arsénico

Así que, como vemos, una de las principales maneras de contaminarnos con arsénico está en nuestra alimentación.

¿Cuales son las principales causas de la presencia de arsénico en los alimentos? Los residuos de usos industriales; la producción de aceros especiales; la fabricación de pinturas, vidrio y esmaltes; los residuos de usos agrícolas como herbicidas, fungicidas, insecticidas, rodendicidas (para matar roedores) o fosfatos que contienen arsénico.

Pero también lo encontramos en la suplementación mineral de los piensos que toman los animales de granja que luego nos comemos. Por ejemplo, se usa ácido arsanílico en la alimentación de cerdos y aves de corral para promover su crecimiento.

Y en las industrias que emiten arsénico como las centrales térmicas de carbón, las incineradoras y los hornos de fundición. Es llevado al medio ambiente a través de una combinación de procesos como la actividad minera y el uso de combustibles fósiles.

Siendo extremadamente tóxico, os cuento como curiosidad que el arsénico se emplea en algunos medicamentos. Históricamente el arsénico se ha usado con fines terapéuticos prácticamente abandonados por la medicina occidental. Los antiguos observaron sus virtudes contra las toses pertinaces, afecciones de la voz y las disneas.

TrisenoxSe ha ido abandonando por su toxicidad pero recientemente se ha renovado el interés por su uso como demuestra el caso del trióxido de arsénico para el tratamiento de pacientes con leucemia promielocítica aguda.

El trióxido de arsénico pertenece a una clase de medicamentos llamados antineoplásicos. Actúa retardando o frenando el crecimiento de las células cancerosas.

Fijaos qué curioso que puede ser útil en el tratamiento del cáncer y al tiempo de lo que aquí tratamos es de su relación con varios tipos de cáncer.

Las conclusiones del trabajo del Centro Nacional de Epidemiología nos llevan a pensar que habría que controlar y limitar los niveles de arsénico en el suelo y en los alimentos.

Hace cinco años el autor del reportaje de El País informaba de que la Unión Europea estaba ultimando nuevos límites legales para este tóxico en alimentos, hasta entonces inexistentes. Ya se advertía de que el riesgo para la salud aumenta en bebés, más dependientes del arroz, en concreto por el consumo de potitos con dicho vegetal.

Al final, ha sido en junio de 2015 cuando la UE ha publicado nuevos límites de arsénico en los alimentos y en concreto en el arroz.

Algunos estudios de toxicidad del arsénico indican que muchas de las normas actuales basadas en las guías de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalan concentraciones muy altas y plantean la necesidad de reevaluar los valores límites basándose en estudios epidemiológicos. El ahora publicado es un ejemplo.

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