(2017-02-05) EEUU: crisis mortal por la epidemia de sobredosis de drogas

América de halla en el ojo del huracán de una epidemia de sobredosis sin precedentes. En los últimos 15 años, los casos de muerte, liderados por sobredosis de opioides a nivel nacional, se han más que duplicado- inicialmente medicaciones prescritas para el dolor, pero también heroína.

Hoy, mueren más americanos por sobredosis que por accidentes de coche o armas de fuego. En total, las sobredosis mataron a 47.000 personas en USA en 2014, el último año del que disponemos de datos. Esto son, en promedio, 130 muertes diarias. La mayoría (29.000 o 80 al día), se relacionaron con opioides.

La epidemia ha afectado más a las comunidades blancas y ricas que otras crisis previas relacionadas con las drogas. Algunos clasifican a estos cambios en la demografía racial y económica como una razón por la que muchos políticos han reevaluado la dura retórica de la “guerra con drogas” de los últimos 30 años.

El pasado marzo, la administración Obama anunció el aumento del acceso al tratamiento para el abuso de opioides y prevención de muertes por sobredosis. La cámara de representantes y el senado han promovido leyes destinadas a yugular la crisis, en una rara manifestación de cooperación entre los dos partidos. Muchos legisladores locales, también han implementado estrategias que abogan por el tratamiento, más que por el castigo.

A pesar de eso, expertos han avisado de que la epidemia aún no ha alcanzado su pico. Para entender como hemos llegado hasta aquí, The Guardian localizó los datos de 16 años, de ámbito local sobre muertes por sobredosis, proporcionados a principios de año por el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades.

Entre 1999 y 2014, la epidemia se extendió de unas pequeñas bolsas en los Apalaches y el norte de Nuevo México, hasta casi cada rincón del país.

Una crisis con raíces profundas

La crisis de sobredosis comenzó tempranamente en el centro de la región de los Apalaches, que abarca gran parte del oeste de Virginia y el este de Kentucky.

El área predominantemente rural, dominada por industrias físicamente penosas, incluyendo minas, agricultura y derivados de la madera, era la indicada para un aumento en la prescripción de opioides como la oxycodona y la bicodina. Estos analgésicos fueron agresivamente promocionados en los 90 y los primeros 2000. Al aumentar la prescripción, aumentó también el abuso.

“En este tiempo, no fue bien comprendida la capacidad adictiva de estas drogas” Dijo Michelle Lofwall, profesor asociado del centro para la investigación del alcohol y drogas de la escuela de medicina de la universidad de Kentucky, “Pero realmente dañan a las personas aquí y a lo largo de toda la nación, No eran medicamentos seguros sin potencial adictivo”.

En el centro de los Apalaches, como en muchas zonas del país, la epidémica prescripción de analgésicos opioides, también promovió el influjo de un opioide alternativo y barato: la heroína. Ya que las muertes por analgésicos empezaron a caer en los 2010 como resultado de la caída en la prescripción de opioides, las muertes asociadas a la heroína empezaron a aumentar.

En total, las muertes por sobredosis en Virginia del Oeste se multiplicaron por 8 entre 1999 y 2014 desde 4 por 100.000 hasta más de 35, doble del promedio nacional. Durante el mismo periodo, el aumento de casos en Kentucky se multiplicó por 5.

La estigmatización y el acceso inadecuado al tratamiento, son las mayores barreras para superar la crisis actual en los Apalaches y en todo el país, remarcó Lofwall, que mantiene un centro para tratamiento del abuso de drogas en Lexington, Kentucky.

“La, gente aún tiene la percepción de que ser un adicto es una falta personal, un defecto espiritual que deberías ser capaz de resolver por ti mismo”, dijo la profesora. Pero la adicción a opioides, a menudo requiere ayuda médica.

Lefwall clasificó el tratamiento medicalizado, usando drogas como metadona o buprenorfina como una intervención que salva vidas, añadiendo que no hay bastantes suministradores en los Apalaches, ni en Kentucky.

Los esfuerzos en prevención se recortan

En el oeste, New México mostraba indicios de la amenazante crisis, pero Utah no le iba a la zaga. La ratio de muerte por sobredosis aumentó firmemente a principios de los 2000, de la mano del aumento de la dependencia de opioides de prescripción. Pero los legisladores de Utah tomaron pronto cartas en el asunto. En 2007 establecieron un programa de salud para prevenir el mal uso de los opioides.

Durante los siguientes 3 años, las muertes relacionadas con abuso de opioides de prescripción, bajaron más de un 25%. Pero el éxito duró poco. Cuando en 2010 la financiación del programa se suspendió, las muertes volvieron a escalar cifras.

“Observamos que cuando no estábamos educando al público y a los proveedores, las prácticas idóneas disminuían y las muertes aumentaban” dijo Ángela Stander, coordinadora de la prevención de la sobredosis por drogas de prescripción en el departamento de salud pública e Utah.

Las muertes por sobredosis en Utah continúan siendo facilitadas por el abuso de drogas de prescripción, a menudo en combinación con otras drogas depresoras. Las muertes por heroína han tenido un pequeño impacto en este estado, aunque van en aumento.

Ahora, 6 años tras el final del programa para la prescripción de medicamentos para el dolor, la cámara de representes de Utah, declaró que las muertes por sobredosis eran una emergencia pública, y promovieron un panel de nuevas medidas públicas, incluyendo la legalización de un programa de cambio de agujas.

Fentanilo, un nuevo peligro mortal

Nueva Inglaterra, se está esforzando con un azote más reciente. Desde 2013, Nueva Hampshire, Massachusetts y otros estados del nordeste, han constatado grandes picos en muertes por sobredosis atribuidas a heroína y a otra droga de reciente introducción: el fentanilo.

El fentanilo, un opioide sintético 50 veces más potente que la heroína, apareció en la zona en 2012, procedente de Canadá. Los suministradores, a menudo la daban con la heroína (mezclada) o con otras substancias, antes de vendérsela a usuarios que no sabían exactamente lo que compraban. Debido a su potencia y a la falta de familiaridad de los usuarios con la substancia, se ha vuelto particularmente mortal.

Nueva Hampshire informó de un aumento en pico de muertes asociadas a fentanilo entre 2013 y 2014. Desde entonces, cada estado de Nueva Inglaterra ha declarado su propia crisis de muertes por fentanilo. De acuerdo con el departamento de salud pública de Massachusetts, el fentanilo estuvo presente en más de la mitad de las 1.319 muertes relacionadas con opioides en el estado del último año.

“La idea simplista era: “Oh, esto es todo sobre la prescripción de opioides, y por lo tanto esto es todo lo que tenemos que hacer: reducir el suministro de opioides de prescripción y reduciremos las muertes y la gente no se hará adicta” dijo Alexander Walley, médico y director de los servicios de consulta para adicción del Boston medical center.

“Bien, lo que estamos viendo es que tras reducir la prescripción de opioides, vemos una explosión de muertes por sobredosis de heroína y de fentanilo vendido como heroína”.

En vista de los nuevos retos, Massachusetts y otros estados del nordeste, han comenzado a implementar esfuerzos preventivos y el acceso a programas de tratamiento. La naloxona, una droga que puede revertir las sobredosis de opioides, se ha hecho más disponible en la región, y se están probando iniciativas locales para la reducción del daño.

En marzo, el gobernador de Massachusetts, promovió una ley que pone límites estrictos a la prescripción de opioides y órdenes de evaluación del abuso de opioides a los médicos de urgencias. Si estas medidas son suficientes o no para revertir la crisis de sobredosis, está por evaluar. Mientras tanto, el fentanilo ha aparecido en otros estados, como Ohio y Florida.

Disminuyendo el suministro, no la demanda

Florida fue conocida en el pasado como la capital de las drogas de prescripción en Norteamérica. Pero a principios de los 2010, el estado comenzó a intervenir en las clínicas “pills mill”, que suministraban grandes cantidades de opioides. Poco después, la ratio de muertes por sobredosis del estado disminuyó, experimentando una caída acentuada en 2013. Pero en 2014 aumentaron de nuevo.

En palabras de Jim Hall, epidemiólogo de la universidad Nova del sudeste “Florida hizo un buen trabajo”, disminuyendo el suministro, pero al mismo tiempo, actualmente aplica recortes al tratamiento. No atender a la demanda, (sino solo al suministro), ha contribuido a la perpetuación del problema.

Aunque pospuesta varios años, la crisis en Florida ha seguido un patrón familiar: el abuso de opioides de prescripción va seguido por la heroína y, poco después; por el fentanilo. El departamento para el refuerzo de la ley de Florida, informó de un aumento de muertes tanto por heroína como por fentanilo en 2014 y 2015.

Más recientemente, el fentanilo ha aparecido bajo la forma de píldoras falsas de Xanax, conocidas como “píldoras de la muerte”, se han encontrado también en California, Indiana, y más abajo.

El pasado mes, una delegación de congresistas de Florida, promocionaron un encuentro en Capitoll Hill, para discutir la creciente crisis, incluyendo una mayor capacidad de tratamiento. Te Deutch, representante demócrata del sur de Florida, dijo que el estado podía ayudar a extender el cuidado en salud mental y abuso de substancias a cientos de miles de personas con bajos ingresos, promoviendo Medicaid. Pero la zona, bajo gobierno y liderazgo conservador, no parece adecuada para la iniciativa. Florida es uno de los 19 estados que no acepta la expansión de Medicaid. Este estado está en el número 49 de 50 en la promoción (financiación) de los servicios de salud mental.

EN RESUMEN

Existe una crisis desde 1999 al menos, de un dramático aumento de las muertes por sobredosis, a partir de un aumento de la prescripción de opioides y, consiguientemente; de su abuso. Esto fue seguido del aumento de las sobredosis por heroína sola, o temiblemente adulterada con fentanilo (mucho más potente). Los esfuerzos públicos han dado resultados parciales, pues han sido incompletos y mal financiados, aunque dieron resultados positivos mientras duraron.

Traducido por Pascual O´Dogherty para CAS

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