(2017-04-03) El gobierno de Valencia bloquea el rescate del hospital de Denia

Justo un año después de su histórica visita en Pedreguer anunciando que se iniciaba la reversión, a Ximo Puig se le acaba el crédito entre representantes de pacientes y sindicatos
La Plataforma en Defensa de la Sanitat exige a Mònica Oltra que «dé la cara y venga a la comarca»
El comité de empresa muestra su indignación y cree que Sanidad no puede tolerar la presencia en la comarca de una empresa envuelta en 8 procesos judiciales.

29 de marzo de 2016. Es decir, hace ahora justo un año y dos días. El presidente de la Generalitat, el socialista Ximo Puig, visita Pedreguer, donde realiza un anuncio histórico: la apertura de negociaciones con DKV, socio mayoritario de la concesionaria Marina Salud, para que el Hospital de Dénia y todos los centros de salud regresen a la gestión pública. En posteriores declaraciones, el Consell asegura que esa reversión se efectuará antes de terminar la legislatura.

29 de marzo de 2017. Un año exacto después, la consellera de Sanidad, Carmen Montón, en un programa nacional en la Ser, ya no da por segura la reversión dentro de este mandato, señala que el verdadero compromiso del gobierno valenciano es «controlar» la gestión de Marina Salud y, aunque no descarta una recuperación anticipada de la sanidad comarcal, también deja entrever que es posible que la mercantil pueda agotar todo el tiempo del contrato de la concesión, que no expira hasta 2024.

La reversión sanitaria en la Marina Alta se encuentra en punto muerto a pesar de las críticas por la atención sanitaria y las listas de espera en Marina Salud . De ahí que las palabras de Montón en la Ser hayan caído como un jarro de agua fría entre pacientes y trabajadores del centro, dos colectivos que durante mucho tiempo trabajaron codo a codo con las dos fuerzas políticas que ahora mismo integran el Consell. Pero no sólo eso. Las palabras de la consellera también han escocido entre los propios aliados los socialistas, toda vez que Compromís y Podemos firmaron con el PSPV en el Acord del Botànic la reversión de todas las concesionarias sanitarias.

¿Qué es lo que ha pasado en este año? Lo que Puig anunció en Pedreguer es que la Generalitat negociaría para comprar las acciones de la aseguradora alemana DKV, el socio mayoritario de Marina Salud con un 65% de las acciones. Conforme fue avanzando el tiempo, el Consell aseguró que ya estaba hablando con DKV y en sus momentos más optimistas –también los ha tenido pesimistas– Montón afirmó que su Conselleria de Sanidad ya había hecho todos los deberes para lograr esta reversión y que ya todo era cuestión de la de Economía. Es decir, del dinero: de poderle pagar a la citada aseguradora por unas participaciones que en principio valdrían 60 millones pero que podrían reducirse a 24 si se descuenta la deuda que Marina Salud mantiene con la propia Generalitat.

Pero desde entonces no se ha sabido nada más. Ni si las conversaciones con DKV prosiguen se han roto o están aplazadas; ; ni si la aseguradora alemana y el Consell han quedado como amigos o enemigos; ni si son 60 millones o 24; ni si ese dinero es mucho o es poco para las arcas autonómicas… Nada hasta las declaraciones de Montón el otro día en la Ser
Enfado de los trabajadores…

Y esas declaraciones de la consellera han provocado una «honda decepción» en el comité de empresa. Los trabajadores, que han sufrido importantes recortes salariales y una constante fuga de compañeros, se sienten abandonados. Y se temen lo peor: si al final se cumple la tesis que dejó entrever Montón y se deja que Marina Salud cumpla su contrato, que no expira hasta 2024, habrá primero unas elecciones que podría ganar el PP en cuyo caso la concesionaria podría obtener una prórroga y permanecer en la comarca hasta 2029. Nada menos.

Los sindicatos además critican otro de los argumentos que a juicio de la conselleria dificultaría la compra de acciones de DKV: la preferencia que para adquirir la misma tendría el otro socio minoritario de la empresa, Ribera Salud, el denominado derecho de tanteo: «Ese argumento –indicaron fuentes laborales– se cae por su propio peso en primer lugar por los 8 procesos judiciales que tiene abiertos Ribera Salud».

Y en segundo lugar, «porque la presencia de Ribera Salud en las tres concesiones de la provincia de Alicante [además de Dénia, Torrevieja y Elx] pondrían a esa compañía en una situación de monopolio que iría en contra de los intereses de la ciudadanía».

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