(2017-07-21) El criseno, producto cancerígeno de las chanclas de Primark y otros tóxicos que calzamos

La compañía de venta de ropa y complementos Primark ha anunciado la retirada de miles de chanclas para hombre por contener un elemento cancerígeno, el criseno. Os explico sus peligros y tratamos sobre casos similares de productos tóxicos usados por la industria textil y del calzado.

El producto en el que se ha detectado el citado químico tóxico son las chanclas marca Cedar Wood. Éstas se han comercializado en el Reino Unido entre el 4 de enero y el 2 de junio de este año. El criseno es un hidrocarburo del grupo de los llamados aromáticos policíclicos que se utiliza para la producción de tintes y que puede ser muy peligroso para el ser humano.

Los hidrocarburos aromáticos policíclicos son un grupo de más de 100 sustancias químicas diferentes que se forman durante la combustión incompleta del carbón, petróleo y gasolina, basuras y otras sustancias orgánicas como tabaco y carne a la parrilla.

El contacto con el criseno puede irritar los ojos y la piel y la inhalación de esta sustancia puede irritar la nariz y la garganta, causando tos y respiración con silbido. Si la piel que ha sido contaminada con criseno se expone a la luz solar, pueden aparecer erupciones o quemaduras solares, a veces con ampollas. No parece muy coherente que lo porten unas chanclas.

Hay que tener en cuenta también los efectos crónicos sobre la salud derivados de usar unas chanclas durante meses. Así, el criseno puede ser un carcinógeno ya que se ha demostrado que causa cáncer de piel, hígado y pulmón en animales. También podría causar daño a la salud reproductiva en humanos.

¿Qué hace el criseno en las chanclas? Pues que es un producto usado para darles color. Esta sustancia puede encontrarse en muchos sitios además. De manera natural, en los incendios forestales o las erupciones volcánicas y sintético en plásticos, tintas, pesticidas o el asfalto de calles y carreteras.

Primark ha contado que los niveles de la sustancia exceden de 1.0 mg/kg que es lo permitido pero como siempre me gusta destacar en este tipo de situaciones, con sustancias así no hay nivel de seguridad que valga, el único nivel seguro es cero. Y a saber qué otras prendas lo llevan (y qué otros químicos tóxicos se usan en ellas) sin control pues la empresa dice que han sido “terceros” los que lo han hallado no sus técnicos.

Hay que tener en cuenta que desde la misma producción ya existen desechos y contaminación y que durante su vida útil se desprende de los objetos y servicios en los que se usa. Por ejemplo, de las carreteras en las que se utilice irá a parar a las tierras adyacentes y acuíferos. No sabemos bien tampoco cómo interactúa al contacto con otros elementos químicos tóxicos.

Hace unos años una investigación encargada por Greenpeace reveló que prendas de vestir y algunos zapatos de material textil vendidos en todo el mundo por importantes marcas de ropa se fabrican utilizando surfactantes nonilfenoles etoxilados (NPE), que se descomponen para formar nonilfenol (NP), una sustancia química tóxica y persistente, considerada disruptor hormonal, que se acumula en la cadena alimentaria y resulta nociva incluso a niveles muy bajo.

Años antes conocí a una mujer que denuncia los efectos de otra sustancia tóxica muy empleada en calzados, el dimetilfumarato, un fungicida que podemos recordar pues se usa en bolsitas algo más pequeñas que las de un té.

La organización FACUA-Consumidores en Acción alertó sobre las marcas de calzado con modelos incluidos en la red de alerta de productos inseguros por estar contaminados con dimetilfumarato.

Margarita, que es como se llama esta afectada y denunciante, me contó que en Reino Unido y Francia miles de personas estaban demandando a los fabricantes. Había historias escalofriantes relacionadas con este producto, de personas con los pies en carne viva por lo irritante que es la sustancia.

No sé cómo está el tema hoy, me interesaré por ello ya que en teoría hace años que está prohibido su uso en calzados, sillones y demás productos cotidianos.

En fin, que cuando vayamos a comprarnos algo de calzado tendremos que preguntar por los posibles tóxicos que lleve y apostar por posar nuestros pies en lo que sea más “ecológico”.

ENLACE A MIGUEL JARA.COM