Determinados grupos políticos, curiosamente los que han renunciado a llevar en su programa electoral la derogación de la Ley 15/97, se presentan ante la prensa escandalizados porque los hospitales privatizados de Madrid continúan siendo un excelente negocio para los fondos de inversión.

Así, el fondo de inversión holandés DIF ha comprado el Hospital Puerta de Hierro y el británico Aberdeen el de Arganda y parte de los de Parla y el del Henares (Coslada). Todos privados del modelo PFI.

Seguro que quieren repetir el pelotazo del fondo de inversión CVC que vendió el Grupo Quirón a la multinacional Fresenius por casi 6.000.-millones de euros (este grupo tiene 4 hospitales privatizados de Madrid el Infanta Elena-Valdemoro, Fundación Jiménez Díaz, el Rey Juan Carlos de Móstoles y el de Villalba).

Que la privatización de la asistencia sanitaria es un negocio perfecto, sin riesgos (la Administración no va a dejar quebrar un hospital privatizado) es algo que desde CAS denunciamos desde el minuto uno, allá por el 2004, cuando se puso en marcha el proceso de desmembramiento del Servicio Madrileño de Salud.

Por ello, extrañarse ahora de los movimientos entre tiburones financieros para especular con los hospitales, cuando es algo (desgraciadamente) legal, suena a representación teatral.

Y aquí está el problema de nuestra clase política: que en un mundo hueco, en el que lo que prevalece es el espectáculo, sobreactúan, tratando de aparentar indignación, llegando incluso a presentar mociones con partidos responsables de esa privatización que dicen criticar, como es el caso de las presentadas conjuntamente con el PSOE.

Más seriedad por favor, háganselo mirar, actúen contra los instrumentos que permiten la privatización: reclamen la derogación de la Ley 15/97 antes de que sea tarde, antes de que no quede nada que vender.

CAS 10 de noviembre de 2017.